DOOR 3
Las estatuas vigilan un refugio humilde, casi sórdido, pero más triste que sórdido en realidad. Hace meses otra escultura, ajena al lugar, por postmoderna o hipster (o multicultural) me había sorprendido desafortunadamente aquí. Ahora no está. Eso me hace dudar…
AFTER THE MAP
After the Map “I sit at my table and wage war on myself…” [R.E.M. ‘World leader pretend’] A tan sólo media manzana de la Plaza Syntagma de Atenas, donde volaban los cascotes y el gas lacrimógeno inundaba el aire, había…
DOOR 9
Yo siempre he querido venir a Puerta 9. Porque he soñado con este sitio dos veces. Tú estabas en la puerta, asustada. Pero yo miraba y me asustaba más. Y sé por lo que era: Había un hombre en…
Mis amigos de la infancia. Parte 2.
Notó el calor del sol en su espalda, traspasando su uniforme de Príncipe de Gales. No podía dejar de admirar unas diminutas flores que había en un jardín del patio de ese viejo colegio construido con piedra gris. Esas flores…
Mis amigos de la infancia. Parte 1.
El primer recuerdo que tenía de su vida era estar sentada en el suelo de la entrada de su casa tragándose un corchete. A partir de ahí se sucede un enorme vacío, sin ningún tipo de recuerdo, hasta despertarse de…
Desde aquí
De morir, lo que se dice morir, me queda poco recuerdo. Un poco como me pasó con los partos. Tengo la impresión de haber experimentado un estado de anegación de la mente, de encontrarme sobrepasada por la lucha animal del…
La segunda historia de Siligaris
Esto pasó el año pasado, hacia octubre. Fran se atrevió a pedirme ayuda nueve años después de lo de Lille. Recibí un mail en el que me contaba que no podía confiar en lo que decía porque no se correspondía…
La primera historia de Siligaris
Fui profesor de música en el instituto al que asistían Fran Lavender y Nicolas Palloncy durante muchos años. Ninguno de los dos valía para ninguna otra cosa, así que les empujé a poner en marcha la primera banda de jazz…
El pacto y la realidad
El libro azul siguió en el suelo del ático que ocupaba Fran Lavender. Una sombra rápida pasaba de derecha a izquierda cada vez que lo miraba. El hotel y la noche quedaron tan lejos como el amanecer. Miré hacia las…
La historia de la ventana
Hasta semanas más tarde no supe que el ático que ocupaba Fran Lavender pertenecía en realidad a un tipo extraño que perdonaba su alquiler sin preguntar motivos. Aquella tarde era un pequeño espacio que se abría a su espalda inundado…